Suelto amarras,
el viento sabe.
En este vaivén
me acerco, me alejo,
qué más da...
No hay orilla
ni faro,
sólo el Sol
la Luna
el Agua
el Viento,
y el silencio, meciéndome.
Un punto luminoso
nace desde adentro
sereno,
travieso,
potente,
lanzado...
es fuego serpenteando
que toma el timón.
Silvia Bence Pieres
No hay comentarios:
Publicar un comentario